Chicas, gracias por enseñarme tantas cosas, por confiar en mí y por aceptarme por como soy. Porque yo sin ustedes me volvería loca, me caería. Seguramente sin ustedes, no sería tan compañera de la risa, porque con ustedes la risa siempre nos acompaña, con ustedes cada minuto que pasa me siento más fuerte, me siento bien. y ¿saben qué? amigas tan buenas como ustedes son difíciles de encontrar, yo, soy de las que prefieren calidad antes de cantidad, y con ustedes calidad es lo que sobra. Saben que pueden contar conmigo cada vez que necesiten a alguien. Es siemplmente imposible pasarla mal, son muy especiales para mí y con ustedes las risas flotan, siempre. ¿Qué palabra no? siempre, quiere decir eternidad, algo contínuo, infinito, y sí, no me equivoco al decir que siempre estuvieron, que siempre me hacen reir y que, siempre siempre pueden confiar en mí. No es la re dedicatoria, y no quiero que lo sea, siemplemente quiero que sepan que voy a estar para lo que sea, que las quiero muuuchisimo y que (aunque pienso que el dia del amigo es algo comercial) quiero que la pasen re bien en su día. Gracias por hacer que todos los días salga el sol.

y así fue lll

Me di cuenta de que ése paisaje ya lo había visto, el sillón, el bosque, el escritorio, la cursiva; en algún lado, sí, es lo que estás pensando; un déjà vu. Veíamos tanto miedo en ése lugar, y sabíamos de alguna manera, que no estabamos solos. Decidimos seguir caminando, tratando de que pase algo nuevo, o lo que sea. ¿En dónde estabamos? por segunda vez nos preguntamos. Pude sentir que el viento estaba comenzando de nuevo, en contra a nosotros. Dejé que la curiosidad me dominara, y empecé a correr, dejando los muebles atrás. El viento era frío pero no húmedo, al sentir la sensación dudé que sea una pesadilla, lo que lo hacía aún peor. Esperé a los demás sentada junto a un árbol, pude ver que algo se movió, era un pájaro completamente negro, que, por algún motivo no cantaba. Sí, era tan fácil perderse en las calles del miedo, pero nos arriesgamos a que la razón se quede en el olvido, a que las iluciones y delirios nos llevaran a donde sea que tengamos que llegar. Era un lugar triste, con colores muy caídos, exceptuando, como ya dije, el brillante verde de las copas de los árboles que nos envolvían. Ruidos ajenos, desconocidos que nos confundían. Los demás me alcanzaron, y ya que todo era tan deprimente decidimos jugar carreras, reirnos, gritar, algo que pudiera llenar el silencio que nos golpeaba.

Llegamos al lugar más extraño que habíamos visto, había unos árboles que eran tan altos, que apenas terminabamos de ver su tronco, eran inmensos. Nos encontrábamos en donde todas sus raíces se enredaban, y aunque los árboles eran gigantes, sus raíces parecían delicadas, como si una pluma las pudiera quebrar. No eran finitas, sino que al tacto parecían que en cualquier momento se rompían, pero sólo al tacto, de vista, parecían tan fuertes..

Y así fue ll

Esa cámara lenta tenía que acabar alguna vez, pasó, ahora que el viento y la cámara habian terminado, o aunque sea momentaneamente, pude ver las cosas con más claridad. Nos sentimos más seguros; tanto, que decidimos empezar a recorrer la irrealidad. Leímos los papeles que se habían volado del escritorio, era una cursiva tan elegante que nos hizo pensar que esos papeles no eran actuales, estaban en perfecta condición, pero algo, y no sólo la cursiva, creó la idea de que no eran de un presente cercano. Tratamos de deducir lo que ésa persona de letra extravagante trataba de decir; y si era éso lo que nuestro escritor quería, no lo logró. Una extraña sensasión nos envolvió, por una parte de euforia, y por otra parte pérdida de la razón. No estabamos seguros de que tan lejos podíamos llegar, en realidad, no estabamos seguros de nada en absoluto. Sin duda, anhelabamos el final de nuestra pesadilla, extrañabamos ver los colores o el olor de la tierra mojada, queríamos un cambio, aunque estabamos confusos, lo necesitábamos.

Seguí rugiendo león, que toda tu selva te apoya.